lunes, 4 de agosto de 2008

TEORÍA Y FISIOLOGÍA DE LA MEDITACIÓN

ARTÍCULO
CUADERNOS DE
MEDICINA PSICOSOMATICA Y PSIQUIATRIA DE ENLACE
Teoría y fisiología de la meditación
D.M. Campagne
Resumen:
En España generalmente se incluye la meditación entre las técnicas de relajación utilizadas
en psicoterapia. Sin embargo, un cuerpo extenso de documentación experimental afirma que la
meditación posee características cognitivas, fisiológicas y psicoterapéuticas propias, diferenciándose
claramente de la relajación en cuanto a la procedencia, los efectos genéricos y específicos,
las formas y los métodos de aplicación. La meditación puede producir efectos diferenciales
en el sistema nervioso, sobre todo a largo plazo y, por tanto, ofrece posibilidades para aplicaciones
terapéuticas en psicología clínica. Conviene distinguir esta ‘meditación clínica’ que es
objeto de investigación de la psicología biológica, de la meditación como ejercicio utilizado en
diversas disciplinas místicas o religiosas.
Palabras clave: Meditación. Relajación. Psicoterapia.
Summary
In Spain, meditation is generally considered one more relaxation method amongst many used
in psychotherapy. Nevertheless, an extensive body of experimental findings affirms that meditation
has cognitive, physiological and psychotherapeutic characteristics that clearly differentiates
it from other relaxation methods insofar as its origin, generic and specific effects, forms and
methods of application.
Meditation can produce distinctive effects on the nervous system, especially in the long run,
thus providing opportunities for therapeutic use in clinical psychology. This ‘clinical meditation’
is an object of experimental investigation in biological psychology and is not to be confused with
meditation as an exercise of mystic and religious disciplines.
Key words: Meditation. Relaxation. Psychotherapy.
Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento
Psicológicos
Facultad de Psicología
Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid
Clínica Bella Médica
Partida Cap Negret, 18
03590 Altea (Alicante)
correspondencia a: platon@ctv.es
C. Med. Psicosom, Nº 69 / 70 - 2004 15
INTRODUCCIÓN
La meditación es una técnica utilizada en muchas
tradiciones culturales, religiosas, filosóficas y,
últimamente en Occidente, hasta en actividades
deportivas como en el entrenamiento del fútbol.
Para comprender el concepto, habría que
tener claro que la meditación no ‘es’ una técnica
de relajación, ni un método para alcanzar un
estado de iluminación o éxtasis religioso, ni una
forma de entrenamiento para alcanzar una resistencia
superior al dolor o al sufrimiento. Puede
producir todo esto, pero no es su finalidad. Aunque
no existe definición consensuada de la meditación,
a fin de ofrecer una descripción global
que sirva al lector de punto de partida para la
información que a continuación se ofrece, diría
que la meditación es una técnica aprendida con
la que cambiamos la atención en estímulos identificables,
a un estado de atención no focalizada.
También podría llamarse una práctica de
disuasión de pensamiento repetitivo o de reorientación
cognitiva. Una diferencia con las conocidas
técnicas de relajación es que la meditación
no trata de ‘control’. No se trata de relajar músculos
a voluntad, ni se trata de ‘mandar calor’ o
de concentrarse en la sensación de un grupo de
músculos o de una parte del cuerpo. La meditación
se puede utilizar para conseguir una relajación
como cualquier técnica que ayuda a tranquilizarse.
Por tanto, a corto plazo los efectos de la
meditación y de la relajación pueden ser similares
en cuanto a los efectos sobre el sistema nervioso
autónomo, analizados a partir del trabajo
de Gelhorn y Kiely de 1972. Puede producir una
deceleración de los parámetros físicos, es decir,
puede bajar la respuesta motora, bajar la tasa de
respiración, bajar la tensión muscular, bajar la
tasa cardíaca, bajar las ondas gamma, etcétera,
aunque en ciertos tipos de meditación la respuesta
puede ser diferente (Peng et al.,1999). No
obstante, se han medido otros muchos efectos
neurofisiológicos de la meditación que no se dan,
o se dan en el sentido opuesto, en la relajación.
En la Tabla 1 se refleja una parte de la investigación
sobre los efectos fisiológicos de la meditación
comparado con los típicos de la relajación, y
que manifiesta diferencias notables tanto a corto
como a largo plazo.
Las técnicas de relajación utilizan la voluntad
(en unos casos del sujeto y en otros del terapeuta)
y la concentración para conseguir un relajamiento
cuyos efectos fisiológicos pueden ser medidos y
mostrados. Si baja la tensión, o sube la temperatura
distal, habremos conseguido una relajación.
La meditación también utiliza la voluntad, aunque
no para relajarse sino para mantenerse alerta
durante la práctica, y entrena la concentración, no
para relajarse, sino para ‘des-concentrarse’, o sea,
para perder toda noción de contenido, de pensamiento,
de uno mismo, sin dejar de estar alerta ni
perder claridad de mente. La meditación, como
afirma la investigación con los medios técnicos
más sofisticados, eleva algunos parámetros indicadores
de la actividad del sistema nervioso central
en vez de disminuirlos como hacen las técnicas
de relajación. Parece contradictorio la coexistencia
de efectos de relajación por una parte y
de activación por otra, pero el antes referido trabajo
sobre este tema de Ernst Gellhorn y William
Kiely en el Journal of Nervous and Mental Disease,
de 1972 ya subrayaba la falta de habituación
en las ondas alfa del EEG durante el estado
meditativo, lo cual demostraba que es compatible
la dominancia trofotrópica con presencia mental
completa. Además, una característica de la relajación
es una disminución de las ondas beta en el
EEG. Sin embargo, como vemos en la figura A,
los registros de EEG y EMG del análisis espectral
efectuado por Banquet también en 1972, indicaron
que la meditación combinaba una ausencia de
actividad muscular según el EMG con un incremento
de actividad beta, así como de actividad
theta, aunque distinta de la theta de soñolencia
(Banquet, 1973; Banquet y Sailhan, 1974). Lazar,
en el 2000, pudo verificar con fMRI que la meditación
activa las estructuras neuronales involucradas
en la atención y en el control del sistema nervioso
autónomo.
Las técnicas de relajación sirven para que se
orienten hacia un entrenamiento en el afrontamiento
de acontecimientos estresantes, a través
del control sobre los efectos sufridos por este
‘estrés’. La meditación produce entrenamiento en
el afrontamiento de acontecimientos estresantes,
por desproveerlos de su característica de ‘estresante’,
pero además incide directamente sobre
los niveles de cortisol en sangre.
C. 16 Med. Psicosom, Nº 69 / 70 - 2004
La relajación procura que el sujeto se concentre
en relajarse. La meditación lleva a que el
sujeto atienda a una totalidad de conciencia sin
fijarse en ninguna tarea ni punto específico, con
lo cual llega a reducir las interferencias no deseadas
en los procesos mentales.
RAÍCES Y FORMAS DE LA MEDITACIÓN
Buena parte de lo que hoy día entendemos
por meditación proviene de técnicas utilizadas
por el budismo. Conviene repasar aquí brevemente
algunos aspectos de la práctica de la meditación
con el fin de evitar interpretaciones equivocadas
por parte del lector no familiarizado con
esta técnica. No hay nada más importante que la
mente y la conciencia, como objetos primarios de
investigación introspectiva dentro de la tradición
budista. La primera tarea de esta investigación es
la de refinar la atención y el equilibrio del sistema
nervioso para hacer la mente propiamente
funcional, libre de las influencias negativas de la
excitación y de la laxitud. Se entrena la atención
con un sistema llamado Samatha o Samadhi
(pronunciado Shamata o Shamati) que significa
tranquilidad. No es una disciplina religiosa ni
filosófica, simplemente una ‘técnica contemplativa’.
Los objetivos de Samatha son el desarrollo
tanto de la estabilidad como de la intensidad de
la atención. Lo normal es que se empiece la
meditación focalizando la atención sobre una
imagen mental concreta, como una flor. Son
indispensables dos facultades mentales: presencia
mental completa (mindfulness) e introspección,
de las cuales la presencia mental completa
es la principal. La introspección no observa la
mente sino vigila el proceso, es un tipo de ‘control
de calidad’.
El desarrollo de Samatha tiene nueve estadios.
Cuando se empieza a meditar, se intenta
conscientemente mantener la atención sin vacilar
sobre el objeto elegido en vez de permitirla vagar
libremente por ahí. Se concentra sobre la imagen,
pero lo normal es que el principiante casi en el
mismo momento pierde la atención. Ya decía
William James: “No es posible que alguien pueda
atender continuamente a un objeto que no
cambia.” (James, 1950, I, p.420). El conocido trabajo
de Posner estableció que la capacidad inicial
y limitada de atención sostenida es de uno a tres
segundos (Posner, 1978).
Aun así, el budismo sostiene que se puede
aumentar esta habilidad de atención mantenida,
cultivando la insistencia. No se trata de aumentar
la fuerza o poder de concentración, sino la motivación
de quedarse con la imagen elegida. Así
que se practica al principio durante varias sesiones
de quince minutos a lo largo del día, y se
llega a poder mantener la atención fijada en el
mismo objeto hasta un minuto. En otras palabras,
ahora y durante un minuto, la atención no pierde
del todo el contacto con la imagen mental elegida.
Sin embargo, la mente sigue vulnerable a
interferencias: el ruido periférico o ‘cháchara’
mental. Reduciendo el número de sesiones diarias
y aumentando su duración se llega al punto
donde la intensidad de la atención varía pero no
pierde el contacto durante la sesión entera. Con
la ayuda de la introspección se llega a la pacificación
mental completa y a la atención singular
donde la mente puede estar con el objeto elegido
con completa estabilidad y claridad durante
horas. El estadio noveno y último del Samatha,
se alcanza cuando se produce un cambio dramático
en el estado mental de uno, caracterizado por
una sensación breve y no desagradable de peso o
de insensibilidad en la cima de la cabeza, seguida
por experiencias de deleite físico y mental, que
desaparecen rápidamente para dejar la atención
firmemente y tranquilamente sostenida sobre el
objeto meditativo, pero gradualmente desenganchándose
del mismo objeto y quedándose la persona
con una ausencia de objetos en la mente, un
sentido de claridad y la sensación de ‘entender’.
Esta sensación también se describe como ‘afecto
positivo puro’ (dicha pura, alegría, contento,
belleza, etcétera) que es independiente de todo
pensamiento discursivo y contenido fenoménico
concreto (Shear, 1999, Alexander et al.,1990).
Repito que la meditación es simplemente una
técnica contemplativa, sin aspectos religiosos o
filosóficos alguno aunque muchas religiones y,
especialmente, escuelas místicas la utilizan de
una u otra forma. La mistificación de la meditación
ha sido ridiculizada o criticada desde el
mismo budismo. Uno de sus representantes más
conocidos en Occidente, Chögyam Trungpa, dice:
“ Nos sentamos y meditamos. En el momento en
C. Med. Psicosom, Nº 69 / 70 - 2004 17
que nos demos cuenta de que en realidad somos
cien-por-cien tontos por hacer semejante cosa,
nos realizamos de que estas técnicas funcionan
como muletas.... La meditación no es cuestión de
intentar producir un estado hipnótico de conciencia
o de crear una sensación de relajamiento.
En su lugar, la meditación debería reflejar
una mentalidad de riqueza en el sentido de
utilizar todo que ocurre en la mente. Reconocer
la intranquilidad e identificarse con ella requiere
conciencia, mientras que imaginarse un prado
verde, un espacio amplio para la vaca intranquila,
requiere presencia mental. Se complementan
siempre. En la práctica de conciencia no hay
meta, no hay viaje, sólo eres consciente de lo que
pasa aquí. No hay promesas de amor y luz o
visiones de tipo alguno - no ángeles, ni diablos.
No ocurre nada: es absolutamente aburrido. A
veces te sientes tonto. El aburrimiento es importante
porque es anti-credencial. Incrementa la
sofisticación psicológica de los practicantes.
Empiezan a apreciar el aburrimiento y desarrollan
su sofisticación hasta que el aburrimiento se
convierte en ‘aburrimiento refrescante’, como un
río de montaña. Montañas nunca se aburren
siendo montañas y cascadas nunca se aburren
siendo cascadas. Por su paciencia empezamos a
apreciarlas. Nos sentimos bien estando aburridos,
sentados y sentados mucho tiempo... Tenemos
que trabajar duramente para alcanzarlo”
(Trungpa, 1988, pp.44-51).
Existen técnicas alternativas dentro del budismo
que se centran en la atención no conceptual
desde un principio y que mentalmente cortan
todo pensamiento del pasado, futuro y presente.
La técnica de ‘ajustar la mente a su estado natural’
ha sido desarrollada dentro de la tradición
budista indo-tibetana. Actualmente es promovida
por el Dalai Lama (1997) aunque ya en el siglo
VIII la describió el filósofo Padmasambhava:
“No tienes nada con que meditar, y sin modificación
o adulteración alguna, posiciona tu atención
simplemente, sin vacilar, en su propio
estado natural, su flaccidez natural, su carácter
propio, tal como es. Quédate en claridad y relaja
la mente de tal manera que esté suelta y libre.
Alterna entre observar qué es lo que se está concentrando
hacia dentro y qué es lo que se está
soltando hacia fuera. Si es la mente, pregúntate:’
¿Qué es esta entidad que suelta la mente y
concentra la mente? Obsérvate tranquilamente y
a continuación relaja nuevamente. Hacer esto
causará una estabilidad buena y puede que identifiques
conciencia”.
Hay técnicas de meditación más sencillas y
sobre todo más rápidas en producir resultados.
Un buen ejemplo es la Respuesta de Relajación,
de Benson y su equipo de Harvard, que comprime
a lo máximo la esencia de la práctica meditativa
(Benson, 1975). Otro ejemplo también muy
divulgado es la Meditación Trascendental (TM),una
práctica contemplativa estandarizada que desde
los años 60 se ha hecho popular por el Maharishi,
quien adquirió seguidores entre artistas y músicos
conocidos. La TM no requiere una ‘conversión’
al budismo o a cualquier filosofía. Se basa
en el deseo de uno de entrar en estados de conciencia
que le ayuden a encontrar respuestas a
preguntas esenciales, a entenderse mejor a sí
mismo, al mundo, a la vida misma. Uno es enseñado
a usar un mantra1, en este caso un sonido
sin significado asociado, y a repetirlo sin esfuerzo
hasta que la mente esté absorbida y el
remolino de pensamientos se apacigüe. El mantra
repetido actúa de ‘resonancia’ que obliga a la
mente a relajarse y, manteniéndose alerta, obliga
a entrar en ‘niveles profundos’ de conciencia
interior.
Todo lo que uno hace es pensar el mantra ‘sin
esfuerzo’. El entrenamiento se basa en la simplicidad
de la técnica y en la importancia de la
ausencia de esfuerzo. El mantra es personal: a
cada uno le es asignado un mantra con el que se
quedará toda su vida. Así cobra una relación
especial con el meditador y sus experiencias particulares.
18 C. Med. Psicosom, Nº 69 / 70 - 2004
1 Mantra: una invocación en base a un sonido repetido
muchas veces. Un mantra puede ser una vocalización
como el ‘Oúmmm’; una única palabra como el
“One” de la Respuesta de Relajación; o tener texto,
como el Gayathri Mantra: ‘Bhur Buva Swah’ (¡O
Madre! Que está en los tres tiempos, en los tres mundos
y en las tres formas, te suplico: ilumina mi conocer
y despeja mi ignorancia como la luz brillante del
sol aleja toda oscuridad. Te suplico, haz mi conocer
tranquilo, claro e iluminado).
La comprensión de las descripciones de las
experiencias que se producen en un estado meditativo
se complica muchas veces por el uso de
términos desconocidos y no traducibles. Para la
deseada aproximación científica del fascinante
tema de la conciencia es necesario que prescindamos
en la medida de lo posible de palabras en
sánscrito, chino, japonés y otras lenguas de culturas
muy diferentes a la occidental, e intentemos
plasmar al máximo el significado de estos conceptos
más o menos trascendentales en definiciones
operativas y consensuales.
LA MEDITACIÓN Y LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA
La conciencia puede ser objeto del estudio
científico controlado, para lo cual, la meditación
ha demostrado ser fundamental (Shear y Jevning,
1999). Por el carácter subjetivo de su objeto de
estudio, lo que se necesita es alguna combinación
de aproximaciones objetivas y subjetivas. Los
estudios psicofisiológicos examinan las correlaciones
entre tareas mentales y fenómenos por un
lado y tipos diversos de imágenes del cerebro y
otras medidas fisiológicas por otro. Pero estos
estudios padecen de una asimetría significante.
Aunque su lado objetivo emplea metodologías
científicas sofisticadas, capaces de identificar y
evaluar variables que están completamente fuera
de las capacidades de la percepción sensorial
ordinaria, su lado subjetivo típicamente utiliza la
introspección ordinaria, y así es capaz de identificar
sólo fenómenos internos ordinarios como la
percepción sensorial, la imaginación y el pensamiento
verbal. En consecuencia, mientras que el
lado objetivo de la conciencia es apoyado por
metodologías científicas sofisticadas, el lado subjetivo
parece ser poco más que aristoteliano y
necesita nuevas metodologías sistemáticas ‘de
primera persona’ o sea, técnicas ‘puente’ entre la
introspección y la medición fisiológica, o entre la
cognición y la respuesta observable, con garantías
de fiabilidad y validez.
Esta asimetría se intenta corregir con la integración
de procedimientos meditativos con metodologías
objetivas científicas modernas como
EEG, EMG, PET y fRMI. La abundante investigación
existente en relación con la meditación de la
cual la bibliografía a continuación citada sólo es
una pequeña muestra, confirma que las variedades
de procedimientos meditativos son componentes
útiles para la neurofisiología y para la psicología.
OBJETIVO: REDUCIR INTERFERENCIAS
Las tradiciones asiáticas de meditación (Vedanta,
Yoga, Budismo, Taoísmo, Zen, etcétera) afirman
que es posible aprender a ir más allá de la
superficie de la conciencia humana y ganar experiencia
sistemática de la materia, estructura y dinámica
de conciencia que hay debajo de toda experiencia
humana. Dicen que se necesita ‘invertir’ la
dirección de la atención y cambiarla de su orientación
habitual ‘exterior’ (hacia sensaciones, pensamientos,
percepciones, así como hacia objetos
‘interiores’), hacia la conciencia misma. Solemos
considerar las sensaciones y los pensamientos
como ‘hechos interiores’, en contraste con la conciencia
‘exterior’ del mundo físico en general, distinción
fundamental para aprender a distinguir la
realidad física pública, de la realidad mental privada.
Pero en la meditación la noción de ‘interior’
que se utiliza es mucho más radical. Aquí, hasta ser
consciente de los pensamientos y sensaciones de
uno, más privados e internos, sigue siendo externo
a la propia conciencia misma, porque siguen mostrándose
a la conciencia de uno, frente al ‘ojo de la
mente’ de uno, por decirlo así, y lo ‘interior’ a que
la meditación se refiere implica una inversión completa
de la atención, alejándose de pensamientos y
sensaciones así como de objetos externos, hacia
atrás y adentrando en la conciencia misma, una percepción
‘sin objetos’, un ‘Ganzfeld mental’.
Estas explicaciones, por supuesto, conllevan
problemas conceptuales serios. En primer lugar,
no es fácil comprender cómo uno puede redirigir
la atención lejos de todo pensamiento, percepción
y contenido mental mientras en el mismo momento
en realidad está practicando un procedimiento
como es la meditación, que uno tiene que
concebir y aprender. En segundo lugar, las experiencias
que produce esta técnica se supone que
son completamente no-imaginables; efectivamente
su inalcanzabilidad absoluta a la descripción es un
tema recurrente en la literatura sobre la materia.
En tercer lugar, existen dudas sobre si es posible
extrapolar este tipo de experiencias, productos
de culturas ajenas, a un uso general. Como
Jung advirtió, todo intento serio para integrar
procedimientos y experiencias de meditación tra-
C. Med. Psicosom, Nº 69 / 70 - 2004 19
dicionales en los estudios científicos contemporáneos
de la conciencia, tendrá que llegar a un
entendimiento con estas cuestiones (Jung, 1943).
Pero en el fondo no hay nada paradójico en la
noción de un procedimiento que pudiera en primer
lugar llevar la totalidad de la atención de
uno a un sólo punto, para a continuación trascender
este enfoque –por fatiga, por relajación o por
estimulación mantenida (sic)– causando así que
se parase no sólo la atención conceptual sino
toda actividad conceptual, demostrando que es
posible llegar a una presencia mental no conceptual.
El entrenamiento tanto de la atención como
de la des-concentración produce un mayor control
de las interferencias constantes, descontroladas
y de origen visceral, que hacen de la mente
un lugar ruidoso donde no es fácil pensar con
claridad, ni distinguir lo esencial de lo pasajero.
LA INVESTIGACIÓN EXPERIMENTAL Y LA
MEDITACIÓN
Una búsqueda en PubMed con el denominador
“meditation” produce unas mil referencias
de publicaciones en revistas de medicina de
impacto desde principios de los años 70. Asimismo,
se han publicado un número generoso de
libros sobre el tema. Aunque muchas investigaciones
son criticables en cuanto a la metodología
utilizada, otras son de un rigor aceptable.
Una revisión de los resultados informados más
relevantes en cuanto a los efectos de la meditación
–en sus diferentes formas– sobre el estado
de salud en general y algunas patologías en
especial, identificó unos 40 campos de posible
actuación (Andresen, 2000). Véase ejemplos en
la Tabla 1.
20 C. Med. Psicosom, Nº 69 / 70 - 2004
Tabla 1
Algunos efectos atribuidos a la meditación
CAMPO DE ACTUACIÓN RESULTADO REFERENCIA
1. Presión sanguínea/tasa cardíaca reducción Benson, Rosner y Marzetta,1973
Taylor y Farquher, 1977
Hafner, 1982; Delmonte 1984b,
Muskatel y Woolfolk, 1984
Lukoff et al.,1995; Wenneberg 1997
Barnes et al.
Vyas y Dikshit, 2002
2. Presión sanguínea comparada más reducción Kinsman y Staudenmayer,1978
con relajación progresiva Warrenburg et al.,1980
Kamen, 1978; Schneider c.s.1995
3. Isquemia miocardia reducción Zamarra et al.,1996
4. Riego sanguíneo cerebral incremento Jevning,Wilson et al.,1978
Jevning et al.,1996
5. Riego sanguíneo antebrazo izq. incremento Levander et al.,1972
6. Resistencia dérmica incremento Allison 1971; Elson et al.,1977
Janby 1977; Laurie 1977
Curtis y Wessberg, 1975
7. cambios sistema nervioso autonómico si Orme-Johnson 1973
Orme-Johnson et al.,1977
Parker et al.,1978; Corby 1978
Lazar et al.,2000
8. variabilidad tasa cardíaca mejora Sun et al.,1986
9. arousal reducción Fenwick, 1983
10. depresión reducción Carlin y Lee, 1997
11. rehabilitación promoción Poulet, 1996
12. asthma mejora Honsberger y Wilson, 1973
Wilson, 1975
Davis et al.1998; Manocha et al 2002
C. Med. Psicosom, Nº 69 / 70 - 2004 21
13. tartamudeo mejora McIntyre y Silverman,1974
14. insomnia mejora Miskiman 1977 a,b
Jacobs, Benson y Friedman, 1993
Jacobs, Rosenberg et al., 1993
15. plasma prolactin y hormona del crecimiento incremento Jevning,Wilson,Vanderlaan 1978
16. cuidados paliativos ayuda Cole, 1997
17. cancer, convalescencia ayuda Gross, 1994; Simon, 1999
18. procesos de duelo ayuda Edwards, 1997
19. salud psicológica mejora Linden, 1971; Hjelle, 1974
Ferguson, 1980 (revisión)
20. ansiedad reducción Girodo, 1974; Otis, 1974
Daniels, 1975; Dillbeck, 1977
Puryear y Cayce, 1976
Lazar et al.,1977
Schwartz et al.,1978,1984
Bahrke y Morgan, 1978
Boswell y Murray, 1979
Goleman et al., 1979
Lintel, 1980; Delmonte,1985
Eppley et al.,1989; Sakairi,1992
Miller et al.,1995
Barnes et al.,2001
21. miedo al hablar en público reducción Kirsch y Henry, 1979
21. miedo a pruebas de resonancia magnética reducción Thompson y Coppens, 1994
Lukins et al.,1997
Quirk et al.,1989
22. tendencias de dominación reducción Fehr, 1996
23. inflamación reducción Klemons, 1977
24. variables fisiológicas de la edad mejora Wallace et al., 1982
25. efecto del estrés sobre el sistema imune modifica Solberg et al.,1995
26. dolor crónico reducción Kabat-Zinn, 1982, 1990
Kabat-Zinn et al,1985
Collura y Kabat-Zinn, 1997
27. abuso de sustancias reducción Robins, 1969;Marzetta et al.1972
Wallace,1972;Shafii 1974,1975
Lazar et al., 1977;Klajner 1984
Marlatt y Pagano, 1984
Alexander, Robinson,Rainforth 1994
28. consumo de alcohol reducción Benson, 1974; Brautigam, 1977
Alexander,Robinson,Rainforth 1994
29. tensión, culpa, adicción reducción Carrington 1977,1978,1979,1984a,b 1987
30. muertes violentas en comunidades reducción Assimakis y Dillbeck, 1995
31. eyaculación retardada mejora Delmonte, 1984a
32. cortisol basal y medial reducción Maclean et al.,1997
Michaels et al.,1979
33. trastornos afectivos prevención de recaída Austin, 1997
Johnson y White, 1971
34. sistema nervioso simpático reducción actividad Brown e.a 1984 a,b;Delmonte 1989
35. metabolismo cambios Wallace, todos; Benson, todos
Fenwick et al.1977
36. temperatura distal incremento hasta Benson, 1982;
8,3 centígrados Benson et al.,1982
OTRAS CORRELACIONES MEDITACIÓNFISIOLOGÍA
Además de los efectos reflejados en la Tabla
1, existen unas correlaciones especialmente significativas,
que comentamos brevemente a continuación.
1. La respiración
La extensa investigación científica de la meditación
de los últimos treinta años empezó con la
evaluación de algunas de las reivindicaciones tradicionales
de los correlatos fisiológicos de la
experiencia de ‘conciencia pura’. Una reivindicación
transcultural insistente encontrada en textos
de Yoga, Vedanta, Taoísmo, Zen y otros, es que la
experiencia no sólo viene acompañada de una
reducción significativa de actividad metabólica
sino de un cese de la actividad respiratoria normal
de inhalación y exhalación.
Estudios tempranos de la meditación Zen
mostraron un decremento en la tasa de respiración
y consumo de oxígeno (Sugi y Akutsu,
1968). Los resultados obtenidos con TM llevaron
a Austin a la conclusión de que la respiración es
la variable más significativa para examinar ‘la
meditación desde el punto de vista de sus mecanismos
básicos fisiológicos’ (Austin, 1998,
p.XX).
Estudios contemporáneos revelan una correlación
notable entre períodos de suspensión respiratoria
completa y episodios informados de ‘conciencia
pura’ en sujetos, practicando las técnicas
TM (Badawi et al.,1984). Determinados indicadores
bioquímicos de la actividad metabólica se
muestran significativamente reducidos a nivel
celular, tisular y corporal durante períodos de
meditación enteros entre meditadores experimentados.
Estos estudios también informan de una
correlación entre episodios de experiencias de
‘conciencia pura’ y parámetros fisiológicos distintos
de los mencionados o sugeridos por la literatura
tradicional, como es –por ejemplo– una
coherencia inter-hemisférica EEG inusualmente
elevada (Travis y Wallace, 1997).
La ‘suspensión de la respiración’ en este contexto
se refiere a episodios donde una respiración
de trazados pneumotaquigráficos predominantemente
verticales, que indican una respiración
básicamente corriente aunque ligeramente más
lenta de lo normal, es interrumpida de forma
aguda por una suspensión de la respiración básicamente
con líneas horizontales rectas en períodos
de medio minuto aproximadamente. (Farrow
y Herbert, 1982). ‘Suspensión de la respiración’
aquí indica, por lo tanto, la ausencia de inhalación
y exhalación normalmente detectable; sin
embargo, el flujo de aire no cesa por completo y
continua gracias a una fibrilación de los pulmones
con una amplitud baja ordinariamente indetectable
de 2-7 Hz, detectada por análisis Fourier.
El neurofisiólogo James Austin concluye que:
“Estos estudios de sujetos que practican la TM,
conectan la conciencia transparente, libre de
pensamiento, con dos conjuntos muy diferentes
de evidencia fisiológica. El hecho que más
impresiona es la suspensión del impulso respiratorio
que causa una hipoventilación relativa (que
contiene’paradas respiratorias’ con ‘sobre-respiración
no compensatoria’ posterior). El segundo
conjunto de hallazgos asociados es más sutil
y variable. Incluye cambios autonómicos periféricos
y tendencias hacia una coherencia EEG
incrementada”. Austin observa además: “Momentos
breves, transparentes y silenciosamente conscientes
como éstos, no indican meramente una
soñolencia anterior al sueño. Al contrario,
cuando estamos soñolientos, los signos son una
respiración superficial abdominal, tiempos lentos
de cognición y reacción, y ondas alfa más
planas en nuestro EEG (ninguno de ellos caracteriza
los momentos en cuestión). Tampoco
puede nadie producir momentos similares de claridad
mental voluntariamente, reteniendo la respiración”
(Austin,1998, p.97).
Los estudios de respiración con meditadores
TM han podido evadir ciertos problemas metodológicos
particulares. La técnica es estandarizada,
se aprende en unas horas, y no implica atención a
procesos fisiológicos. El resultado es una amplia
disponibilidad de números adecuados de sujetos
experimentales. Cabe subrayar que los estudios
realizados con otros tipos de meditación generalmente
confirman los resultados aquí reflejados
(Vyas y Dikshit, 2002).
Otros estudios realizados con sujetos TM
pueden hacer sus resultados más inteligibles.
22 C. Med. Psicosom, Nº 69 / 70 - 2004
Wallace (Wallace et al, 1971) constató un decremento
en el consumo de oxígeno (O2) y en la eliminación
de dióxido de carbono (CO2) sin cambio
del coeficiente de respiración durante períodos
de treinta minutos de meditación. El decremento
del consumo de oxígeno en ausencia de un cambio
del coeficiente respiratorio, es muestra de un
estado de reposo alcanzado sin manipular la respiración.
Cuando aumentó la disponibilidad de meditadores
‘a largo plazo’ (al menos cinco años) se realizaron
estudios de respiración más sofisticados.
Farrow y Herbert (1982), por ejemplo, informan
de una deceleración respiratoria del 40-50% así
como de una alta correlación de los períodos de
parada respiratoria con la experiencia subjetiva
de ‘conciencia pura’ a la que nos referimos con
anterioridad. Los mismos autores también compararon
las tasas de respiración con relajación
ordinaria con los ojos cerrados, y las con meditación
TM. Encontraron decrementos significativos
durante la TM y la ausencia de cambios significativos
durante la relajación ordinaria, resultados
confirmados por Wolkove et al (1984).
2 - El metabolismo
Los estudios citados a nivel de cuerpo entero,
se suplementan con estudios a nivel de órganos.
La meditación produce alteraciones en el metabolismo,
tanto incrementos como decrementos
(Benson et al, 1990). Estudios del flujo sanguíneo
midieron cambios más grandes en los valores
dependientes de la respiración y del consumo
de O2 en órganos y metabolismo, que del cuerpo
entero. Con dilución de colorante y medidas de
separación radioactiva del flujo sanguíneo, se
identificó un relajamiento general de vasos sanguíneos,
y cambios circulatorios específicos,
entre ellos un flujo sanguíneo reducido en hígado
y riñones (Jevning et al., 1978 a). Un estudio
posterior por los mismos autores mostraba que
mucho del decremento en consumo O2 del cuerpo
entero en meditación se debía a un metabolismo
reducido de los músculos esqueléticos y también
revelaba el relajamiento directo de tejidos individuales
(Jevning et al., 1983a). Se confirman diferencias
significativas con los efectos de una relajación
común, entre otros por un trabajo reciente
que muestra un incremento en el flujo sanguíneo
en un 15-20% en las regiones cerebrales frontal y
occipital durante la meditación (Jevning et al.,
1996).
Estos estudios a nivel del cuerpo entero y de
los órganos se han complementado con estudios
en profundidad de los niveles tisulares y celulares.
En uno de ellos se informa de un cese de
generación de CO2 por el músculo esquelético
del brazo anterior (Wilson et al., 1987). El metabolismo
de los glóbulos rojos se reduce, un efecto
que implica que durante la práctica de la meditación
se producen compuestos químicos circulantes,
que modulan la actividad celular (Jevning
et al., 1983b). También decrementa la hormona
estimulante del tiroides TSH, otro signo de una
excitación metabólica menor (Jevning et al.,
1987). El cortisol en sangre, un indicador de
estrés, decrementa durante la práctica a largo
plazo de la meditación pero no en meditación
a corto plazo ni durante relajación ordinaria
(Jevning et al., 1978b).
3 - La actividad cerebral
Aunque la mayoría de los procesos fisiológicos
mencionados experimentan una deceleración,
la actividad nerviosa central se incrementa con la
meditación, según demuestran el EEG, la respuesta
sensorimotora, los datos del flujo sanguíneo
cerebral y las imágenes de resonancia magnética
(Banquet y Sailhan, 1974; Jevning et al.,
1987; Lang et al., 1979, Travis y Orme-Johnson
1990, Lazar et al., 2000) además de por los informes
subjetivos de ‘conciencia pura’ como experiencia
de un nivel de alerta incrementada en vez
de disminuida (Jevning, 1988; Jevning et al., 1996),
con lo que el estado meditativo se distingue claramente
de un estado de relajación o de sueño.
Efectivamente, la mayoría de los cambios en
concentraciones hormonales y de neurotransmisores,
flujo sanguíneo, metabolismo celular y de
órganos y función respiratoria que acompañan a
la TM se diferencian de los niveles presentes en
el sueño y en la relajación ordinaria. En un
estudio sobre los efectos de ciertos fármacos con
actividad central (diazepam, naloxona y flumazenil)
sobre el EEG durante la meditación, se pudo
observar que los cambios en el EEG observados
C. Med. Psicosom, Nº 69 / 70 - 2004 23
durante la meditación no tienen relación causal
con los cambios por la presencia de opioides
endógenos o sustancias semejantes a las benzodiazepinas
producidas en el cerebro (Sim y Tsoi,
1992).
Algunas medidas, como la tasa de respiración
o la coherencia EEG, se correlacionan directamente
con autoinformes de experiencias de ‘conciencia
pura’. Otras no son suficientemente sensibles
en el tiempo como para correlacionarse
con los episodios de ‘conciencia pura’ típicamente
informados (de hasta más o menos un
minuto), pero aún así indican que el procedimiento
meditativo genera una fisiología característica
a nivel celular, tisular, de órganos y de
cuerpo entero. En resumen, en su conjunto estas
medidas experimentales demuestran que los
efectos tanto fisiológicos como cognitivos de una
técnica de meditación se distinguen significativamente
de los efectos de las técnicas de relajación.
CONCLUSIÓN: EL USO CLÍNICO DE LA
MEDITACIÓN
Los datos experimentales indican que la meditación
produce una relajación de cuerpo y una
activación particular de mente. La práctica de
esta técnica contemplativa puede reducir el nivel
de estrés más que las técnicas de relajación habituales.
Además, se perfila como una técnica eficaz
para controlar el pensamiento caótico repetitivo,
la “cháchara mental”, que tanto puede mermar
las capacidades cognitivas así como el
equilibrio emocional de las personas. Con la
meditación uno puede entrenarse a des-atender a
estos estímulos descontrolados y nocivos con lo
cual ganaría claridad mental pero además –y tal
vez más importante aún– ganaría la confianza de
que puede con las interferencias. Los pensamientos
automáticos, incluso si no son negativos en sí
mismos sino simplemente descoordinados, absorben
mucha energía emocional e inducen cambios
anímicos por producir una sensación de descontrol,
de estar a la merced de esta invasión de
“ruido mental”.
Además de datos concretos en cuanto a las
características fisiológicas de la mente humana,
las investigaciones con la meditación han perfilado
una o varias ‘líneas base’ de utilidad en la
psiquiatría y la psicología clínica así como en
ciertos problemas médicos. Nos guían hacia
nuevos métodos no farmacológicos con los que
promover cambios fundamentales en los dese-
24 C. Med. Psicosom, Nº 69 / 70 - 2004
EEG EN MEDITACIÓN J.P.Banquet 1973 Adjunto A
gráfico 1
Plots de los integrales de amplitudes EEG en las 4 bandas
de frecuencias diferentes: delta 0-3, theta 4-7, alfa
8-14, beta y frecuencias rápidas 15-50 c/sec. Eje X=
tiempo en unidades de 2,5 seg. Eje Y= abundancia
relativa de cada banda de frecuencia en % del total.
Cada línea es un límite superior de la superficie debajo
y además el límite inferior de la superficie encima. Las
bandas delta y beta tienen el eje horizontal para límites
exteriores. Las áreas entre líneas (no entre líneas y el
eje X) representan las superficies de integración de
cada banda de frecuencia en proporción de su abundancia.
R1: Sujeto control en relajación. La presencia
de actividad alfa le localiza en el grupo alfa plus. R2:
sujeto control con apenas actividad alfa. El pico delta
aislado en la mitad de la figura es mas bien un artefacto
o movimiento que un período de soñolencia.
M1: meditador en la fase de relajación justo antes de
la meditación. Nota la cantidad superior de frecuencias
alfa y theta comparada con los controles. M2: el
mismo sujeto durante la fase primera de meditación.
La banda alfa se amplía primero, luego la actividad
lenta incrementa de forma dramática y su banda beta
decrementa. M3: el mismo sujeto después de la meditación
en el período de concentración. Existe una
remanencia importante de alfa y un pico de beta en la
mitad de la figura. Las cantidades relativas de las diferentes
frecuencias en meditadores mantienen cierta
estabilidad durante el cambio de meditación a otros
estados de conciencia.
quilibrios subyacentes a las manifestaciones que
clínicamente calificamos de ‘trastornos’. Los
modernos fármacos ayudan a controlar los síntomas,
y las psicoterapias cada vez más específicas
mejoran los problemas de base, sin embargo,
lo que además se necesita son disciplinas
que mejoren la relación de la persona consigo
misma. La evidencia experimental pone de
manifiesto a la meditación como una de estas
disciplinas y, por tanto, nos hace preguntar porqué
no se ha extendido aún más su uso. Desde
1996, el National Institute of Health de los
Estados Unidos recomienda a los médicos que
acepten la meditación como tratamiento eficaz
para el dolor crónico, ansiedad, ataques de pánico,
insomnio, síndrome premenstrual e infertilidad
(Carlin y Lee, 1997). Puede que en nuestro
país, la etiqueta que se ha puesto a la meditación
como algo ‘místico’ o algo relacionado con
religiones ajenas al cristianismo, ha resultado
en la poca aceptación de esta técnica no religiosa
ni mística que, encima, se ha practicado
en formas levemente diferentes dentro de la fe
cristiana durante cientos de años.
Conviene abrirse a la evidencia de que la
meditación puede ser clínicamente útil en determinadas
psicopatologías, así como ser un instrumento
que ayude en mejorar la salud psicológica.
BIBLIOGRAFÍA
1. Alexander CN, Davies JL, Dixon CA, Dilbeck
MC, Druker SM, Oetzel RM, Muehlman JM,
Orme-Johnson DW.: Growth of higher stages of
consciousness: Maharishi’s Vedic Psychology of
human development’, in: Higher Stages of Human
Development, Alexander CN y Langer EH(eds)
New York: Oxford Univ.Press, 1990.
2. Alexander CN, Robinson P, Orme-Johnson DW,
Schneider RH, Walton KG.: The effects of transcendental
meditation compared to other methods
of relaxation and meditation in reducing risk factors,
morbidity, and mortality. Homeostasis, 1994;
35(4-5): 243-63.
3. Alexander CN, Robinson P, Rainforth M.: Treating
and preventing alcohol, nicotine, and drug
abuse through transcendental meditation: a review
and statistical meta-analysis. Alcohol Treatment
Quarterly, 1994; 11: 13-87.
4. Allison J.: Respiratory changes during transcendental
meditation. Lancet 1, 1971; (7651), 883.
5. Assimakis PD, Dillbeck MC.: Time series analysis
of improved quality of life in Canada: social
change, collective consciousness, and the TMSidhi
program. Psychological Reports, 1995;
76(3Pt.2): 1171-93.
6. Austin JA.: Stress reduction through mindfulnes
meditation. Effects on psychological symptomatology,
sense of control, and spiritual experiences.
Psychotherapy & Psychosomatics, 1997; 66(2):
97-106.
7. Austin JH.: Zen and the Brain. Cambridge, MA:
MIT Press, 1998.
8. Badawi K, Wallace R, Orme-Johnson D, et al:
Electrophysiologic characteristics of respiratory
suspension periods ocurring during the practice of
the trascendental meditation program. Psychosomatic
Medicine, 1984; 46, pp 267-76.
9. Bahrke MS, Morgan WP.: Anxiety reduction
following exercise and meditation. Cognitive
Therapy and Research, 1978; 2, 323-33.
10. Banquet JP.: Spectral Analysis of the EEG in
Meditation. Electroencephalography and Clinical
Neurophysiology, 1973; 35, pp.143-51.
11. Banquet JP, Sailhan M.: EEG analysis of spontaneous
and induced states of consciousness. Rev. Electroencephalogr.
Neurophysiol.Clin, 1974; 4, pp.445-54.
12. Barnes VA, Treiber FA, Davis H.: Impact of transcendental
meditation on cardiovascular function at
rest and during acute stress in adolescents with
high normal blood pressure. J Psychosom Res
2001; Oct; 51(4): 597-605.
C. Med. Psicosom, Nº 69 / 70 - 2004 25
gráfico 2
A y B son de la misma grabación en momentos diferentes
de meditación. En B se observa el incremento
de amplitud alfa en todos los canales y la apariencia
de ondas alfa en F3.
C representa el cambio de alfa a un patrón desorganizado
dominado por beta. El cambio se aprecia sucesivamente
en F3, C3, O1 a la izquierda y luego a la
derecha.
13. Benson H.: Decreased alcohol intake associated
with the practice of meditation: a retrospective
investigation. Ann NY Acad Sciences, 1974; 233:
174-7.
14. Benson H.: The Relaxation Response. New York:
Morrow, 1975.
15. Benson H.: Body temperature changes during the
practice of gTum-mo Yoga (Matters Arising) Nature,
1982; 298:402.
16. Benson H, Lehmann JW, Malhotgra MS, Goldman
RF, Hopkins J, Epstein MD.: Body temperature
changes during the practice of gTum-mo Yoga. Nature,
1982; 295(5846): 234-6.
17. Benson H, Malhotra MS, Goldman RF, Jacobs
GD, Hopkins PJ.: Three case reportsof the metabolic
and electroencephalographic changes during
advanced Buddhist meditation techniques. Behav.
Med. 1990; 16(2): 90-5.
18. Benson H, Rosner BA, Marzetta BR.: Decreased
Blood Pressure in Hypertensive Subjects who
Practised Meditation. J Clin Inv, 1973; 52, p.8a.
19. Boswell PC, Murray EJ.: Effects of meditation
on psychological and physiological measures of
anxiety. J Consulting and Clinical Psychology,
1979; 487: 606-7.
20. Brautigam E.: Effects of transcendental meditation
program on drug abusers: a prospective study,
en: Scientific Research on the Transcendental
Meditation Program: Collected Papers, ed. D.W.
Orme-Johnson y J.T. Farrow, 2ªEd. Weggis:
Maharishi European Research University Press,
1977.
21. Brown DP, Forte M, Dysart M.: Differences in
visual sensitivity among mindfulness meditators
and non-meditators. Perceptual & Motor Skills,
1984a; 58(3): 727-33.
22. Brown DP, Forte M, Dysart M.: Visual sensitivity
and mindfulness meditation. Perceptual & Motor
Skills, 1984b; 58:775-84.
23. Carlin P, Lee K.: Treat the body, health the mind.
Health, 1997; 11(1), 72-8.
24. Carrington P.: Freedom in meditation. New York:
Doubleday, 1977.
25. Carrington P.: Clinically standardized meditation:
Instructor’s Kit. Laurel,MD: Pace Educational
Systems, 1978.
26. Carrington P.: Clinically standardized meditation:
Instructor’s Manual. Laurel, MD: Pace Educational
Press, 1979.
27. Carrington P.: Modern forms of meditation, en:
Principles and Practice of Stress Management,
Woolfolk y Lehrer. New York: Guilford Press,
1984a.
28. Carrington P.: Releasing. New York: Doubleday,
1984b.
29. Carrington P.: Managing meditation in clinical
practice, en: The Psychology of Meditation. Oxford:
Clarendon Press, 1987.
30. Cole R.: Meditation in palliative care - a practiced
tool for self-management. Palliative Med, 1997;
11(5), 411-3.
31. Collura J, Kabat-Zinn J.: The Zen of Pain Control:
learning to let go of what ails you. Vegetarian
Times, 1997; 233: 28-30.
32. Corby JC, Roth WT, Zarcone J, Kopell BS.: Psychophysiological
correlates of the practice of tantric
yoga meditation. Arch Gen Psychiat, 1978;
35(5), 571-7.
33. Curtis DW, Wessberg HW.: A comparison of heart
rate, respiration, and galvanic skin response among
meditators, relaxers, and controls. J Altered States
of Consciousness, 1975; 2, 319-24.
34. Dalai Lama & Alexander Berzin.: The Gelug/
Kagyü Tradition of Mahamudra. Ithaca: Snow
Lion, 1997.
35. Daniels LK.: The treatment of psychophysiological
disorders and severe anxiety by behavior therapy,
hypnosis, and transcendental meditation. Am
J Clin Hypnosis, 1975; 17, 267-9.
36. Davis PA, Gold EB, Hackman RM, Stern JS,
Gershwin ME.: The use of complementary/alternative
medicine for the treatment of asthma in the
United States. J Investig Allergol Clin Immunol.
1998 Mar-Apr; 8(2): 73-7.
37. Delmonte MM.: Case reports on the use of meditative
relaxation as an intervention strategy with
retarded ejaculation. Biofeedback & Self Regulation,
1984a; 9(2): 209-14.
38. Delmonte MM.: Physiological responses during
meditation and rest. Biofeedback and Self-
Regulation, 1984b; 9(2),181-200.
39. Delmonte MM.: Meditation and anxiety reduction:
a literature review. Clin Psychol Rev, 1985;
5:91-102.
40. Delmonte MM.: Meditation, the unconscious, and
psychosomatic disorders(review) Int J Psychosomatics,
1989; 36(1-4):45-52.
41. Dillbeck M.: The effect of the transcendental
meditation technique on anxiety level. J Clin
Psychol, 1977; 33, 1076-8.
42. Edwards M.: Being present: experiential connections
between zen buddhist practices and the grieving
process. Disability & Rehabilitation, 1997;
19(10), 442-51.
43. Elson BD, Hauri P, Cunis D.: Physiological changes
in yoga meditation. Psychophysiology, 1977;
14(1), 52-7.
26 C. Med. Psicosom, Nº 69 / 70 - 2004
44. Eppley KR, Abrams AI, Shear J.: Differential
effects of relaxation techniques on trait anxiety: a
meta analysis. J Clin Psychol, 1989; 45(6): 957-74.
45. Farrow JT, Herbert R.: Breath suspension during
the trascendental meditation technique. Psychosom.
Med., 1982; 44(2), pp.133-53.
46. Fehr TG.: Therapeutische relevante Effekte durch
transzendentale Meditation? Psychotherapie, Psychosomatik,
Medizinische Psychologie, 1996; 46
(5): 178-88.
47. Fenwick PBC, Donaldson S, Gillis L, Bushman J,
Fenton GW, Perry I, Tilsley C, Serafinowicz H.:
Metabolic and EEG changes during trascendental
meditation. Biol.Psychol., 1977; 5, pp.101-18.
48. Fenwick P.: Can we still recommend meditation?
(Ed.) Br Med J (Clinical research ed), 1983; 287
(6403), 1401.
49. Ferguson P.: An integrative meta-analysis of psychological
studies investigating the treatment outcomes
of meditation studies. Dissertation Abstracts
International, 1980; 42(4-A), 1547.
50. Forman R.: The Problem of Pure Consciousness.
Oxford: Oxford Univ.Press, 1990.
51. Gellhorn E, Kiely W.: Mystical States of Consciousness:
Neurophysiological and Clinical Aspects.
J Nervous and Mental Disease, 1972; Vol. 154,6,
pp.399-405.
52. Girodo M.: Yoga meditation and flooding in the
treatment of anxiety neurosis. J Behavior Therapy
and Experimental Psychiatry, 1974; 5,157-60.
53. Goleman BL, Doitor PJ, Murray EJ.: Effects of
zen meditation on anxiety reduction and perceptual
funtioning. J Consulting and Clinical Psychology,
1979; 47: 551-6.
54. Gross S.: Surviving cancer: Mind & Body. New
Orleans Magazine, 1994; 29(1), 62-7.
55. Hafner RJ.: Psychological treatment of essential
hypertension: a controlled comparison of meditation
and meditation plus biofeedback. Biofeedback
and Self-Regulation, 1982; 7: 305-16.
56. Hjelle LA.: Transcendental meditation and psychological
health. Perceptual & Motor Skills,
1974; 39, 623-8.
57. Honsberger RW, Wilson AF.: Transcendental
meditation in treating asthma. Respiratory Therapy:
Journal of Inhalation Technology, 1973; 3,
79-81.
58. Jacobs GD, Benson H, Friedman R.: Home-based
central nervous system assessment of a multifactor
behavioral intervention for chronic sleep-onset
insomnia. Behavior, 1993; Ther 24, 159-74.
59. Jacobs GD, Rosenberg PA, Friedman, Matheson
J, Guerry PM, Domar AD, Benson H.: Multifactor
behavioral treatment of chronic sleep-onset insomnia
using stimulus control and the relaxation response:
a preliminary study. Behavior Modification,
1993; 17, 498-509.
60. James W.: The Principles of Psychology. New
York: Dover, 1890/1950.
61. Janby J.: Immediate effects of the transcendental
meditation technique: Increased skin resistance
during the first meditation after instruction, en:
Scientific Research on the Transcendental Meditation
Program: Collected Papers, ed. D.W.
Orme-Johnson y J.T. Farrow, 2ªEd. Weggis:
Maharishi European Research University Press,
1977.
62. Jevning R, Wilson AF, Smith WR, Morton ME.:
Redistribution of blood flow in acute hypometabolic
behavior.Am. J. Physiol., 1978a; 235(1), R89-
R92.
63. Jevning R, Wilson AF, Davidson JM.: Adenocortical
activity during meditation. Horm. and
Behavior, 1978b; 40, pp.54-60.
64. Jevning R, Wilson AF, Vanderlaan EF.: Plasma
prolactin and growth hormone during meditation.
Psychosom Med, 1978; 40, 329-33.
65. Jevning R, Wilson AF, O’Halloran JP, Walsh RN.:
Forearm blood flow and metabolism during stylized
and unstylized states of decreased activation.
Am. J. Physiol., 1983a; 245, R110-R116.
66. Jevning R, Wilson AF, Pirkle H, O’Halloran JP,
Walsh RN.: Metabolic control in a state of decreased
activation: Modulation of red cell metabolism. Am. J.
Physiol. 1983b; 245, Cell Phys, 14, C457-C461.
67. Jevning R, Wells I, Wilson AF.: Plasma thyroid
hormones, thyroid stimulating hormone, and insulin
during acute hypometabolic states in man.
Physiol. and Behavior, 1987; 40, pp.603-6.
68. Jevning R.: Integrated metabolic regulation during
states of decreased metabolism, similarity to fasting:
A biochemical hypothesis. Physiol. and Behavior,
1988; 43, pp.735-7.
69. Jevning R, Anand R, Biedebach M, Fernando G.:
Effects on regional cerebral blood flow of transcendental
meditation. Physiol.and Behavior, 1996;
59(3), 399-402.
70. Johnson SS, White G.: Self-observation as an
agent of behavioral change. Behavior, 1971; Ther
2: 488-97.
71. Jung CG.: Collected Works, Vol.11: The Psychology
of Eastern Meditation. Princeton, NJ: Princeton
University Press, 1943.
72. Kabat-Zinn J.: An out-patient program in behavioral
medicine for chronic pain patients based on the
practice of mindfulness meditation: theoretical
considerations and preliminary results. Gen Hosp
Psychiatry, 1982; 4: 33-47.
C. Med. Psicosom, Nº 69 / 70 - 2004 27
73. Kabat-Zinn J.: Full catastrophe living: using the
wisdom of your body and mind to face stress,
pain, and illness. New York: Delacorte Press,
1990.
74. Kabat-Zinn J, Lipworth L, Burney R.: The clinical
use of mindfulness mediation for the selfregulation
of chronic pain. J Behavior Med, 1985;
8: 163-190.
75. Kamen R.: Biofeedback and meditation effects
muscle tension and locus of control. Perceptual &
Motor Skills, 1978; 46, 955-8.
76. Kinsman RA, Staudenmayer H.: Baseline levels in
muscle relaxation training. Biofeedback and Self-
Regulation, 1978; 3, 97-104.
77. Kirsch I, Henry D.: Self-desensitization and meditation
in the reduction of public speaking anxiety.
J Consulting and Clinical Psychology, 1979; 47,
536-41.
78. Klajner F, Hartman LM, Sobell MB.: Treatment
of substance abuse by relaxation training: a review
of the literature. Addictive Behaviors, 1984; 9: 41-
45.
79. Klemons IM.: Changes in inflammation in persons
practicing the transcendental meditation technique,
en: Scientific Research on the Transcendental
Meditation Program: Collected Papers, ed. D.W.
Orme-Johnson y J.T.Farrow, 2ªEd. Weggis: Maharishi
European Research University Press, 1977.
80. Lang R, Dehof K, Meurer KA, Kaufman W.:
Sympathetic activity and trascendental meditation.
J.Neural.Transm, 1979; 44, pp.117-35.
81. Laurie G.: An investigation into the changes in
skin resistance during the transcendental meditation
technique, en: Scientific Research on the
Transcendental Meditation Program: Collected
Papers, ed.D.W. Orme-Johnson y J.T. Farrow, 2ª
Ed. Weggis: Maharishi European Research University
Press, 1977.
82. Lazar Z, Farwell L, Farrow JT.: Effects of
transcendental meditation program on anxiety,
drug abuse, cigarette smoking and alcohol consumption,
en: Scientific Research on the Transcendental
Meditation Program: Collected Papers,
ed. D.W. Orme-Johnson y J.T. Farrow, 2ªEd.
Weggis: Maharishi European Research University
Press, 1977.
83. Lazar SW, Bush G, Gollub RL, Fricchione GL,
Khalsa G, Benson H.: Functional brain mapping
of the relaxation response and meditation. Neuroreport
2000 May 15; 11(7): 1581-5.
84. Levander VL, Benson H, Wheeler RC, Wallace
RK.: Increased forearm blood flow during a wakeful
hypometabolic state. Fed Proc, 1972; 31, 405.
85. Linden W.: Practicing of meditation by school
children and their levels of fields dependenceindependence,
test anxiety, and reading achievement.
J Consulting and Clinical Psychology, 1971;
41, 139-43.
86. Lintel AG.: Physiological anxiety responses in
transcendental meditators and non-meditators.
Perceptual & Motor Skills, 1980; 50: 295-300.
87. Lukins R, Davan IG, Drummond PD.: A cognitive
behavioural approach to preventing anxiety during
magnetic resonance imaging. J Behavior Therapy
& Experimental Psychiatry, 1997; 28(2): 97-104.
88. Lukoff D, Lu FG, Turner R.: Cultural considerations
in the assessment and treatment of religious
and spiritual problems. Psychiatr Clin North Am.
1995 Sep;18(3): 467-85.
89. Lu K’uan, Yu (Charles Luk).: Ch’an and Zen
Teaching. London:Rider & Co, 1961.
90. Maclean CR, Walton KG, Wenneberg SR, Levitsky
DK, Mandarino JP, Waxiri R, Hillis SL,
Schneider RH.: Effects of the transcendental meditation
program on adaptive mechanism: changes
in hormone leves and responses to stress after 4
months of practice. Psychoneuroendocrinology,
1997; 22(4): 277-95.
91. Manocha R, Marks GB, Kenchington P, Peters
D, Salome CM.: Sahaja yoga in the management
of moderate to severe asthma: a randomised controlled
trial. Thorax 2002 Feb; 57(2): 110-5.
92. Marlatt CA, Pagano RR.: Effects of meditation
and relaxation training upon alcohol use in male
social drinkers, en: Meditation: Classic and Contemporary
Perspectives, ed.J Shapiro, Deane H,
Walsh RN. New York: Aldine Publishing Co.,
1984.
93. Marzetta BR, Benson H, Wallace RK.: Combatting
drug dependency in young people: a new
approach. Counterpoint, 1972; 4: 13-36.
94. McIntyre ME, Silverman FH.: Transcendental
Meditation and stuttering: a preliminary report.
Perceptual & Motor Skills, 1974; 39, 294.
95. Michaels RR, Parra J, McCann DS, Vander AJ.:
Renin, cortisol, and aldosterone during transcendental
meditation. Psychosomatic Medicine, 1979;
41(1): 50-4.
96. Miller JJ, Fletcher K, Kabat-Zinn J.: 3 Year
follow-up and clinical implications of a mindfulness
meditation-based stress reduction intervention
in the treatment of anxiety disorders. Gen Hosp
Psychiatry, 1995; 17: 192-200.
97. Miskiman DE.: Long term effects of the transcendental
meditation program in the treatment of
insomnia, en: Scientific Research on the Transcendental
Meditation Program: Collected Papers,
ed. D.W. Orme-Johnson y J.T. Farrow, 2ªEd.
28 C. Med. Psicosom, Nº 69 / 70 - 2004
Weggis: Maharishi European Research University
Press, 1977a.
98. Miskiman DE.: The treatment of insomnia by
transcendental meditation program, en: Scientific
Research on the Transcendental Meditation Program:
Collected Papers, ed. D.W. Orme-Johnson y
J.T. Farrow, 2ªEd. Weggis: Maharishi European
Research University Press, 1977b.
99. Muskatel N, Woolfolk RL.: Effect of meditation
training on aspects of coronary-prone behavior.
Perceptual & Motor Skills, 1984; 58, 515-8.
100. Orme-Johnson DW.: 1973 Autonomic stability
and transcendental meditation. Psychosom Med,
1984; 16, 203-9.
101. Orme-Johnson DW, Kiehlbauch J, Moore R.:
Personality and autonomic changes in prisoners
practising the transcendental meditation technique,
en: Scientific Research on the Transcendental
Meditation Program: Collected Papers, ed.
D.W.Orme-Johnson y J.T.Farrow, 2ªEd. Weggis:
Maharishi European Research University Press
102. Otis L.: The facts on transcendental meditation:
if well integrated, but anxious, try TM. Psychology
Today, 1974; 7: 45-6.
103. Padasambhava Natural Liberation: Padmasambhava’s
Teachings on the Six Bardos, comm.
Gyatrul Rinpoche, trad. B. Alan Wallace. Boston,
MA: Wisdom, 1998.
104. Parker JC, Gilbert GS, Thoreson RW.: Reduction
of autonomic arousal in alcoholics: a comparison
of relaxation and meditation techniques. J Consulting
and Clinical Psychology, 1978; 46, 879-85.
105. Peng CK, Mietus JE, Liu Y, Khalsa G, Douglas
PS, Benson H, Goldberger AI.: Exaggerated
Heart Rate Oscillations during Two Meditation
Techniques. Int J of Cardiology, 1999; 70, pp.
101-7.
106. Posner MI.: Chronometric Exploration of Mind.
Lawrence Erlbaum Ass, 1878.
107. Poulet R.: Entspannungstechniken in der Rehabilitation.
Z Gastroenterologie, 1996; 34(suppl2), 80-4.
108. Puryear H, Cayce C.: Anxiety reduction associated
with meditation: home study. Perceptual &
Motor Skills, 1976; 43, 527-31.
109. Quirk ME, Letendre AJ, Ciottone RA, Lingley
JF.: Evaluation of three psychologic interventions
to reduce anxiety during MR imaging. Radiology,
1989; 173(3): 759-623.
110. Robbins T.: Eastern Mysticism and the resocialization
of drug users: the meher baba cult. J Scientific
Study Religion 8: 308-17, 1969.
111. Sakairi Y.: Effects of transcendental meditation in
reducing anxiety of japanese businessmen, en:
Perspectives on Relaxation and Meditation, ed.
M. Blows y S. Srinivasan. Melbourne: Spectrum
Publishers, 1992.
112. Schneider RH, Staggers F, Alexander CN,
Sheppard W, Rainforth M, Kondwani K, Smith
S, King CG.: A randomized controlled trial of
stress reduction for hypertension in older african
americans. Hypertension, 1995; 26, 820-7.
113. Schwartz GE, Davidson RJ, Goleman D.: Patterning
of cognitive and somatic processes in the
self-regulation of anxiety: effects of meditation
versus exercise. Psychosom Med, 1978; 40(4),
321-8.
114. Schwartz GE, Davidson RJ, Goleman DJ.: Patterning
of cognitive and somatic processes in the selfregulation
of anxiety: effects of meditation versus
exercise, en: Meditation:Classic and Contemporary
Perspectives, eds. J. Shapiro, Deane H, Walsh RN.
Hawthorne: Aldine Publishing Co, 1984.
115. Shafii M, Lavely RA, Jaffe R.: Meditation and
marijuana. Am J Psychiatry, 1974; 131(1): 60-3.
116. Shafii M, Lavely RA, Jaffe R.: Meditation and
the prevention of alcohol abuse. Am J Psychiatry,
1975; 132(9): 942-5.
117. Shear J.: Ethics and the experience of happines,
in: Crossing Boundaries: Ethics, antinomianism and
the history of mysticism, ed. G. William Barnard
and Jeffrey J. Kirpal. New York: SUNY Press, 1999.
118. Shear J, Jevning R.: Journal of Consciousness
Studies, 1999; 6, no 2-3, p. 189-209.
119. Sim MK, Tsoi WF.: The effects of centrally
acting drugs on the EEG correlates of meditation.
Biofeedback Self.Regul., 1992; 17(3): 215-20.
120. Simon DB.: Returning to wholeness: embracing
body, mind, and spirit in the face of cancer. New
York:Wiley, 1999.
121. Solberg EE, Halvorsen R, Sundgot-Borgen J,
Ingljer F, Holen A.: Meditation: a modulator of
the immune response to physical stress?A brief
report. Br J Sports Med, 1995; 29(4): 255-7.
122. Sugi Y, Akutsu K.: Studies on respiration and
energy-metabolism during sitting in Zazen. Res. J.
Phys. Ed., 1968; 12: 190-206.
123. Sun FL, Li DM, Li GY.: Influence of different
combination of mental activity and respiratory
cycle on heart rate variability (Chinese). Chin. J
Integr Trad Western Med, 1986; 16(3) 153-5.
124. Taylor CB, Farquher JW.: Relaxation Therapy
and High Blood Pressure. Arch Gen Psych, 34:
339-42.
125. Thompson MB, Coppens NM.: The effects of
guided imagery on anxiety levels and movement
of clients undergoing magnetic resonance imaging.
Holistic Nursing Practice, 1994 ;8(2): 59-69.
126. Travis FT, Orme-Johnson DW.: EEG coherence
C. Med. Psicosom, Nº 69 / 70 - 2004 29
and power during Yogic Flying. Int J Neurosci.,
1990; 54(1-2): 1-12.
127. Travis F, Wallace R.: Autonomic markers during
respiratory suspensions; possible markers of trascendental
consciousness. Psychophysiology, 1997;
34, pp.39-46.
128. Trungpa Ch.: The Myth of Freedom and the Way
of Meditation. Boston: Shambhala, 1988.
129. Vyas R, Dikshit N.: Effect of meditation on respiratory
system, cardiovascular system and lipid profile.
J Physiol Pharmacol 2002 Oct; 46(4): 487-91.
130.Wallace RK, Benson H, Wilson AF.: A wakeful
hypometabolic physiologic state. Am. J. Physiol.,
1971; 221(3), pp.795-9.
131.Wallace RK, Benson H.: The physiology of meditation.
Scientific American, 1972; 226: 84-90.
132.Wallace RK, Dillbeck M, Jacobe E, Harrington
B.: The effects of the transcendental meditation
and TM-Sidhi program on aging. Int J Neuroscience,
1982; 16(1): 53-8.
133.Warrenburg S, Pagano RR, Woods M.: A comparison
of somatic relaxation and EEG activity in
classical progressive relaxation and transcendental
meditation. J Behav Med, 1980; 3(1),73-93.
134. Wenneberg SR, Schneider RH, Walton KG,
Maclean CR, Levitsky DJ, Salerno JW, Wallace
RK, Mandarino JV, Rainforth MV, Waziri R.: A
controlled study of the effects of the transcendental
meditation program on cardiovascular reactivity
and ambulatory blood pressure. Int J Neurosc,
1980; 97(1-2), 15-28.
135.Wilson AF, Honsberger R, Chiu JT, Novey HS.:
Transcendental meditation and asthma. Respiration,
1975; 32(1), 74-80.
136.Wilson AF, Jevning R, Guich S.: Marked reduction
of forearm carbon dioxide production during
states of decreased metabolism. Physiol.Behav.,
1987; 41, pp. 347-52.
137.Wolkove N, Kreisman H, Darragh D, Cohen C,
Frank H.: Effect of trascendental meditation on breathing
and respiratory control. J. Appl. Physiol.:
Respirat., Environ Exercise Physiol., 1984; 56,
pp.607-12.
138. Zamarra JW, Schneider RH, Besseghini I,
Robinson DK, Salerno JW.: Usefulness of the
transcendental meditation program in the treatment
of patients with coronary artery disease. Am
J Cardiol, 1996; 77, 867-70.
30 C. Med. Psicosom, Nº 69 / 70 - 2004