domingo, 16 de noviembre de 2008

Neurosis del Cantante. "Trac"

Dr. Stella Maris Casalaspro
* Doctora en Fonoaudiología (Especial.
Perturbaciones de la comunicación humana) -
Periodista - Profesional titular de Planta
Hospital Dr. Teodoro Álvarez
E-mail: stellamaris7@ciudad.com.ar

La ansiedad, miedo, superstición, perjudica una
buena voz.
De acuerdo con la ciencia popular, el cantante es
temperamental y se precia de tener afecciones
nerviosas.
La música les hace sentir placer y la mayor intensidad
del placer los hace hacer música con su propio
cuerpo.
El cantante siente placer al ejercitar sus cuerdas
vocales, oyéndose él mismo cantar y también por
la apreciación de la audiencia.
Las experiencias emocionales son vitales para el
arte de vocalizar. Por eso se dice que el canto es
una actividad autoerótica.
Cuando existe miedo, temor, inseguridad, se crea
un círculo vicioso inconsciente y el que canta tendrá
problemas en su respiración con contracciones
espásticas del diafragma.
La depresión puede influir en la funcionalidad de
la glándula tiroides. El uso excesivo de la voz aumenta
la circulación sanguínea de la misma glándula
a través de sus paredes, y el cantante tiene
así la sensación de molestias o choque en la garganta.
Hay un caso descripto por Moses, donde cita una
paciente de 19 años mezzosoprano y depresiva,
quien va a la consulta acompañada de su madre
muy ansiosa. Esta paciente presenta lo que se llama
“anticipación de neurosis”, ya que orgánicamente
está normal. En una oportunidad que incursionó
frente al público cantando con éxito, según
su relato, estaba con su ciclo menstrual y disminuyó
notablemente su rendimiento para las notas
agudas; a partir de allí, no se escucha bien,
con lo cual se acrecienta su miedo. Así, a medida
que vaya haciendo las presentaciones, acumulará
más miedo.
Después de oírla varias veces, el O.R.L. le indica
que sus cuerdas vocales no tienen afección alguna,
ni orgánica ni funcional.
Como se ve, éste es un caso de anticipación de
neurosis, que necesita por parte de los profesionales
que atienden al cantante mucha comprensión,
porque aunque el artista tenga una actuación
impecable, acumulará miedo a tener un defecto
en otra presentación.
Como podemos deducir de lo anterior, el médico
O.R.L., ante un paciente que se presenta a la consulta
con una dificultad vocal de origen neurótico,
jamás debe dejar de oír su voz, o sea, que debe
tratar de entender las necesidades personales del
cantante que le consulta.
Debe también prestar atención a las sensaciones
corporales del intérprete, ya que debe encontrarse
a sí mismo a través de la expresión vocal. El
O.R.L. debe conocer la personalidad del cantante,
concurriendo a los recitales y conociendo canto
en forma avanzada.
En caso de tener que hacer una operación de
amígdalas a un profesional del canto que teme
por su voz, es imprescindible prepararlo dos semanas
antes de la operación con ejercicios vocales
para evitar rigidez (hacer repetir al paciente
nga-nge-ngoo).
Este ejercicio restituye la flexibilidad al paladar
blando en poco tiempo. Si el cantante perdiera esta
condición se angustiaría, ya que cambiaría su
resonancia, que será nasal, y temerá por su futuro
artístico.
“TRAC” O ANGUSTIA VOCAL
El desequilibrio nervioso que se provoca por el
miedo de hablar o cantar en público, que dificulta
la circulación, secreción glandular y la respiración,
se llama angustia vocal o “trac”.
Éste se produce por un predominio tiroideo-suprarrenal
momentáneo con repercusión hipertensiva
e hipersimpaticotónica.
La palidez es provocada por la hipertensión que a
su vez provoca la vasoconstricción.
La hiperexcitación del simpático cervical y con
una irrigación sanguínea insuficiente provoca
trastornos en el funcionamiento de los músculos
de la fonación, que no responden adecuadamente
a las órdenes motoras de los centros corticales;
a ellos se añade una vasoconstricción que les impide
su normal fisiología.
Cuando se produce el “trac”, el actor siente su bo-
ca y lengua secas, necesidad de orinar o crisis diarreica,
palidez, sudores fríos, tiemblan los labios y
la voz no puede emitirse. Es más común que esto
ocurra en los cantantes, ya sea por inseguridad,
responsabilidad, temor, etc.
El “trac” o angustia vocal es una reacción emocional
a alguna experiencia física o de sobreexitación
vocal.
Cuando el actor o cantante está afectado por este
problema, tiene una ansiosa anticipación, sobre
todo los cantantes en cierta vocal o una particular
frase durante su actuación.
En esto es muy similar a lo que ocurre con el tartamudo,
con la inseguridad ansiosa que propende
a modular los primeros o últimos tonos de una
canción, preocupado generalmente de su dramático
efecto.
A los locutores o actores les ocurre lo mismo. Estos
pacientes, que tienen estas subjetivas inhibiciones,
presentan graduales transiciones al hablar
de desórdenes de la logofobia.
Sintiéndose infelices comen poco o no pueden
conciliar el sueño. Cualquier otro síntoma nervioso
puede agregarse bajo estados de un balance
neurovegetativo obvio.
En estos pacientes se produce, al incrementar su
depresión, un círculo vicioso y así, después de un
trauma emocional ante una actuación poco feliz,
hace aparición un período depresivo o alguna sobreexitación
vocal, como si fuera un tiempo de indisposición
temporaria.
Para reconocer la causa que determina la reacción
emocional se debe hacer una evaluación siquiátrica
o sicológica.
Un artista alardeaba de no sufrir nunca el “trac”y
la gran actriz Sara Bernhardt le contestó: “Todo
artista tiene normalmente un coeficiente emocional
que es el producto de su responsabilidad frente
al público o el temor de perder su buena reputación”.
Ocurre con mayor frecuencia en las mujeres
que en los hombres y a causa de su mayor
emotividad. A veces existe inseguridad en la actuación
o una preparación deficiente, temor a no
acordarse el libreto o que falle la voz.
El “trac”, término francés muy usado en el metier
vocal y que podríamos traducir por “miedo”, designa
de acuerdo a André Castex la emoción particular
que experimenta el orador o el artista en
presencia del público.
Es una alteración muy común que puede presentarse
ante una simple lectura en voz alta delante
de varios escuchas.
Las manifestaciones que acompañan al “trac”
son muy variables; respiración irregular, entrecortada,
que alteran la emisión vocal, palpitaciones
cardíacas, temblor de labios y manos, tosecita
molesta, brazos y piernas que se agitan, sudoración
en las manos, sensación de constricción y sequedad
súbita en la faringe.
En el caso del orador que lee o habla en público,
se observa que las hojas de papel que tiene en la
mano son agitadas por un temblor continuo que
no deja lugar a dudas sobre la realidad de su
emoción, mientras su voz se mantiene dentro de
las características y la fonación normal. El “trac”
disminuye a medida que el orador o el artista se
familiariza con el público o la mirada atenta y fija
que mantienen sobre él.
Además, es importante para proteger la tranquilidad
del expositor que éste se limite a hablar de lo
que conoce bien. Es muy cierto aquello de que lo
que se concibe claramente se expresa fácilmente.
Las cargas emocionales, actuando sobre la emisión
vocal, pueden no alterarla o hacerlo muy levemente
y también es común creer que la solución
es rápida y simple. Pero no es así, en el fondo
de toda fonastenia subyace un núcleo sicótico
que será preciso desentrañar para poder actuar
sobre él y liberar al paciente de su carga conflictiva.
Los cantantes son sujetos profesionalmente hipersensibles
y emotivos. Las disfonías síquicas se
presentan en ellas bajo el nombre de “trac” o las
que persisten de manera durable fuera de la presencia
del público.
Se duda de que las disfonías síquicas sean frecuentes
y graves entre ellos. Hay que tener en
cuenta que los comandos motrices de la palabra y
el canto no provienen de los mismos grupos celulares
fonógenos y no son transmitidos por la mis18
ma vía.
TRATAMIENTO
Será el sicoterapeuta quien evidenciará dichos
conflictos y determinará el tipo de actuación y
modificará la problemática. También será importante
el establecimiento de una relación transferencial
con el paciente, de parte del foniatra y el
fonoaudiólogo, creándose un clima propicio de
comprensión que ayudará a la recuperación.
La terapia farmacológica y rehabilitación formarán
parte del tratamiento. Las tensiones musculares
desempeñan un papel muy importante en la
perpetuación de situaciones angustiantes, impidiendo
la descarga normal y con ella la disminución
deseable de la presión angustiosa.
Ajuriaguerra nos habla del estado de tensión y de
la hipertonía muscular que subyace en este estado
y que luego repercute en la conducta.
De allí que sea imprescindible la relajación para
suprimir esta hipertonía. También hay que enseñarle
al fonosténico la economía natural en las
funciones parciales que participen en la emisión
de la voz.
CONCLUSIONES
La voz del paciente puede expresar un momento
determinado muy importante en su vida.
Ese lenguaje de emociones que es la voz nos está
mostrando con su patología que el interior de ese
ser humano está pidiendo ayuda, orientación adecuada.
No tenemos que tomar aisladamente su voz, sino
que hay que analizarla como perteneciente a ese
ser interior y no a otro. Tenemos que aprender a
“escuchar” al paciente y analizar todo lo que nos
expone, ya que un detalle puede ser fundamental.
Las características de la voz son cambiantes en
una u otra situación. Las características vocales
varían frente a un relato desprovisto de emoción
y en otro cargado de emotividad. El hombre podrá
ocultarse detrás de sus palabras, pero jamás
detrás de su voz.
La buena relación paciente-terapeuta es fundamental
para el éxito del tratamiento. Se debe dar
seguridad y entrega al paciente para que él nos responda
de la misma forma. Una forma de lograrlo
es hacerle sentir que él es lo más importante.
Para analizar la voz debemos tener en cuenta todos
los elementos que intervienen en ella: respiración,
tono, registro, resonancia, ritmo, melodía, intensidad,
regularidad, uniformidad, exactitud.
Es muy importante la adquisición de un correcto
esquema corporal vocal, ya que ello será relacionado
con las sensaciones auditivas que percibe el
cantante, actor, locutor, etc., de su propia voz.
En cuanto a la voz hablada, un actor debe aprender
a escuchar su propia voz para poder hacer un correcto
esquema corporal vocal.
Es fundamental la relación cuerpo-voz. El entrenamiento
vocal del actor no debe ser estático. Debe
partir de la dinámica corporal.
En la formación actoral es fundamental el trabajo
corporal y la disociación entre contenido verbal y
corporal. El entrenamiento vocal del cantante depende
del estado afectivo-emocional, por eso cualquier
interferencia emocional provoca problemas
en la emisión vocal.
Los artistas, especialmente los cantantes, son seres
cargados de emotividad y su presentación ante el
público es un examen que rinden cada vez que lo hacen.
Por último, debemos recordar algo esencial: impostar
una voz es impostar una persona y así, cuando
un cantante aumenta su extensión vocal, aumenta
o agranda su personalidad al mismo tiempo.
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